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El alto el fuego –usual en España– o alto al fuego –usual en Hispanoamérica–, también conocido como cese del fuego o cese al fuego,[1] es una interrupción temporal de una guerra o de cualquier conflicto armado, en la que los bandos enfrentados acuerdan, mutua o unilateralmente, el cese de las hostilidades. [2] Históricamente, el concepto existía al menos en la época de la Edad Media, cuando se conocía como «tregua de Dios».[3] El alto el fuego puede declararse como un gesto humanitario,[4] ser preliminares, es decir, previo a un acuerdo político, o definitivo, es decir con la intención de resolver un conflicto.[5] Los ceses del fuego pueden declararse como parte de un tratado formal, pero también se han convocado como parte de un entendimiento informal entre fuerzas opuestas.[6]
Los ceses de fuego pueden ser entre actores estatales o implicar entes no estatales.[7] Pueden ser formales (normalmente por escrito), o informales; sus condiciones pueden ser públicas o secretas. Los ceses del fuego pueden producirse a través de la mediación o de otro modo como parte de un proceso de paz o ser impuestos por resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a través del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas.[6]
Un alto el fuego suele ser más limitado que un armisticio más amplio, que es un acuerdo formal para poner fin a los combates. Las partes pueden abusar del alto el fuego como tapadera para rearmar o reposicionar las fuerzas,[6][7] y suelen fracasar, momento en el que se habla de "alto el fuego fallido";[8] sin embargo, a los ceses del fuego exitosos pueden seguirles armisticios y luego tratados de paz.
La duración de los acuerdos de alto el fuego se ve afectada por varios factores, como las zonas desmilitarizadas, la retirada de las tropas y las garantías y supervisión de terceros (por ejemplo, mantenimiento de la paz). Los acuerdos de alto el fuego tienen más probabilidades de ser duraderos cuando reducen los incentivos para atacar, reducen la incertidumbre sobre las intenciones del adversario y cuando se establecen mecanismos para prevenir y controlar que los accidentes se conviertan en conflictos.[2]